El protagonista de nuestro cuento se dedicaba a robar palabras en todas las casas. Las coleccionaba guardándolas en botes y las usaba para crear historias... Nosotros ¿somos también ladrones de palabras? Hemos guardado en diferentes tarros palabras cariñosas, dulces, de viaje, de cuentos... Para, después, montar nuestra propia historia.
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